El masaje miofascial (esta palabra viene de mio en latín =músculo y, fascia que es la estructura que envuelve a uno o varios músculos) es una técnica que se utiliza en las zonas donde hay más tejido conjuntivo (inserciones musculares; occipital, columna, pelvis, etc).
Cuando hay una alteración del tejido el cuerpo produce substancias antiinflamatorias, con el masaje miofascial se producirá una alteración momentánea del tejido a través de la presión intensa y el dolor resultante, con lo cual se liberan estas substancias desapareciendo el dolor y la inflamación.
La disfunción miofascial se caracteriza por un dolor en un músculo esquelético de tipo local y en el que puede existir dolor irradiado. Normalmente hay la presencia de una zona tensa, dentro del músculo, en la que se alojaría el punto gatillo (el sitio concreto donde se concentra toda la tensión y acumulación de sustancias tóxicas ).
¿Cómo realiza el terapeuta este tipo de masaje?
Usaremos principalmente maniobras de quiromasaje, destinado a mejorar la circulación venosa y linfática, acelerando la eliminación de productos tóxicos y favoreciendo un mayor aporte de oxígeno. A continucación se efectúan unas presiones y fricciones profundos para deshacer adherencias y nódulos, estirará y relajará las fascias.
Llegaremos a buscar el punto gatillo a través de una presión digital profunda, rompiendo así el ciclo espasmo-dolor.
Estiramientos de la parte del cuerpo afectada y crioterapia también forman parte del tratamiento cuando es necesario.
¿Por qué es importante como terapia y beneficio de salud?
El masaje beneficia el sistema circulatorio, ayudando a desarrollar un corazón más fuerte y mejorando el suministro de oxígeno a las células.
Beneficia al sistema digestivo, estimulando la actividad del hígado y los riñones.
Ayuda al sistema muscular, aliviando el dolor, la tensión y la rigidez muscular.
Tonifica al sistema nervioso, estimula los puntos nerviosos motores aliviando la inquietud y el insomnio.
También mejoramos el sistema respiratorio, desarrollando los músculos respiratorios, mejorando así nuestra respiración.
Mejora el sistema linfático, puesto que aumenta la circulación linfática eliminando los residuos metabólicos.
Beneficia nuestra piel, estimulando la sangre para mejorar la alimentación de la piel, su tono y elasticidad.
También favorece al sistema esquelético, ya que, mejora la alineación estructural del cuerpo y alivia la rigidez de las articulaciones.
En definitiva, el masaje es una de las terapias manuales que nos ayuda, de forma natural, a mejorar nuestra salud en cualquier etapa de nuestra vida.